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Técnicas del baile flamenco: el braceo, el floreo y el zapateo
Manos y pies que hablan por sí solos
El baile flamenco es un arte originario de Andalucía, donde se unifican varios elementos como el baile, el canto y la guitarra. Fruto del mestizaje cultural gitano, árabe, cristiano y judío. Por ello, los bailaores y bailaoras en cada uno de sus espectáculos se dejan la piel sobre el tablao, consiguiendo transmitir pasión, alegría, sensualidad, amor y sentimiento.
Sin olvidar, que la interpretación de cada pieza va acompañada con movimientos de brazos, contoneos de cuerpo y zapateos acordes a cada palo flamenco, eso sí, acompañados por el compás de la guitarra y la voz del cantaor, que hace que cada baile sea una expresión que habla por sí sola.
Siendo muy importante la postura durante el braceo y la coordinación de los brazos con la rotación de las muñecas. El floreo y el braceo son esenciales para bailar flamenco, ya que, se utilizan durante todos los momentos del baile flamenco. Asimismo, los movimientos se ejecutan a la vez que los desplazamientos en el espacio, otros movimientos de cuerpo y el zapateo.
El braceo y el floreo
De entrada, aclarar que el braceo es conocido como el movimiento de los brazos. El cuál consiste en movimientos semicirculares de arriba hacia abajo por afuera del torso o, también de abajo arriba por el centro del cuerpo. Siendo este movimiento esencial en el flamenco, ya que es lo que le da gracia y magia al baile.
Entre los instructores de flamenco es muy común la frase “las manos deben moverse como palomas”, es decir, con suavidad y destreza haciendo que la energía fluya por los brazos y las manos hasta llegar a los dedos.
A su vez, el floreo es un movimiento muy común entre bailaores. Consiste, a la vez que se mueven los brazos, en rotar de manera circular las muñecas mientras los dedos se abren y se cierran como los pétalos de una flor. Esta coreografía va acompañada por diferentes desplazamientos que se realizan encima del tablao, como el zapateado.
Hay que decir que los movimientos entre bailaoras y bailaores son diferentes. En el caso de la mujer, el movimiento de manos se realiza separando los dedos, en diferentes direcciones, metiendo el dedo corazón hacia dentro y abriendo los dedos con un giro muy suave de muñeca. Por sí solas, las manos transmiten un encanto especial.
Por el contrario, los hombres no abren los dedos, es decir, los tienen ligeramente juntos y suelen moverse de dentro hacia fuera, con más intensidad y energía en el giro de la muñeca.
El zapateo
El zapateo, en el flamenco, es la percusión rítmica que llevan a cabo los bailaores con los pies. Además, esta técnica es considerada una parte esencial del flamenco, ya que, sin zapateo no se puede bailar. En resumen, el taconeo es la combinación rítmica de sonidos que el bailaor o bailaora hace con la punta y el tacón de los pies sobre el tablao, todo un derroche de fuerza y pasión artística.
Se puede decir que, el bailaor usa su zapateo para comunicarse con el guitarrista y el cantaor. Ejecuta diferentes combinaciones para:
- Hacer una llamada que avisa al cantaor de que ya puede empezar el cante.
- Hacer un cierre que culmina una parte cantada.
- Cambiar de una parte cantada a una parte zapateada.
- Iniciar una escobilla.
- Subir el ritmo.
- Cambiar de ritmo.
- Terminar un baile.
Para disfrutar de estas técnicas flamencas lo mejor es asistir a un espectáculo en directo. Es una experiencia muy recomendable, donde se puede apreciar la dificultad que en ocasiones tiene la interpretación para el bailaor y la bailaora. En Teatro Flamenco Madrid puedes ver cómo los artistas interpretan las técnicas anteriormente mencionadas. Reserva tu entrada en nuestra página web.