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Palos del flamenco: Malagueñas
Un palo flamenco que rebosa el sentir del pueblo malagueño
Málaga es una ciudad con un rico patrimonio cultural, bañada por un mar que impregna en sus calles la esencia tradicional del flamenco. Y es que Málaga es la cuna de un palo flamenco que lleva su propio nombre: las malagueñas.
Origen de las malagueñas
Las malagueñas surgen como un nuevo estilo flamenco a mitad del siglo XIX. Este nuevo palo flamenco se caracteriza por prescindir de baile propio, ya que se trata de un cante de gran registro melódico y ad líbitum, es decir, que el cantaor alarga los tercios a su voluntad, atrasándolos o adelantándose según le convenga.
En este palo flamenco la guitarra cobra un papel fundamental, pues gana riqueza y complejidad en las melodías gracias a esa libertad rítmica. De este modo se da una fusión del guitarrista y la voz del cantaor ofreciéndole personalidad. Todas las malagueñas poseen una nota común y jamás varía su toque. Por lo que solo podemos distinguir el tipo de malagueña una vez que el cantaor da la salía y llega al primer tercio, pues hay algunas que se parecen mucho.
Originalmente, las malagueñas provienen de los antiguos fandangos de Málaga u otras partes de Andalucía. Sin embargo, hay diversidad de opiniones en cuanto a la procedencia y nacimiento de las malagueñas. La primera teoría se relaciona con el cantaor Juan Breva y sus fandangos a mitad de siglo, exceptuando aquellos que acompañaban al baile, ya que las malagueñas no disponen de él.
Otra de las teorías más apoyadas sitúan la creación de este palo flamenco a la figura del cantaor Juan Reyes, “El Canario”. Bajo esta premisa, Álora, localidad donde nació El Canario, es considerada la cuna de las malagueñas y donde más recorrido tuvieron. En esta época es cuando las malagueñas se desprenden del fandango, adquiriendo independencia y con un toque cada vez más lento y sostenido. Surgen así las malagueñas nuevas, las cuales desprenden una extraordinaria riqueza musical y que son popularizadas por el gran Antonio Chacón, Enrique “El Mellizo” y Fosforito “El Viejo”.
A finales de la década de los 90 del siglo XIX surge un nuevo fenómeno ligado a las malagueñas gracias al Concurso de Malagueñas Memorial José María Alonso: las malagueñas de fiesta. La novedad es que estas nuevas malagueñas respetan el ritmo y el compás para poder incorporar el baile a la interpretación.
Grandes intérpretes de las malagueñas
El proceso de aflamencamiento de las malagueñas comienza a mediados de XIX, y en este proceso encontramos a una gran cantidad de artistas que dieron lugar al nacimiento de dos escuelas fundamentales: la autóctona y la gaditana. La escuela gaditana está representada por Enrique “El Mellizo”. Sus malagueñas son de verso quebrado y son consideradas las más antiguas del flamenco.
La escuela autóctona es creada por el ya mencionado El Canario y se definen como las malagueñas de cante valiente, y es Antonio Chacón quien otorga al género su verdadera identidad, y a través de cantaores como El Caribe o El Perote fue adquiriendo el rango de cante grande. El tipo de malagueña autóctono está representado por Trinidad Navarro Carrillo, La Trini, quien creó dos variantes de malagueña de carácter trágico.
Tras esta época de gestación de la malagueña como palo flamenco hay que mencionar dos épocas más: una segunda época, denominada Ópera Flamenca, y una tercera, que corresponde a la de los nuevos creadores como Enrique Morente y Naranjito de Triana.
¿Cómo suenan las malagueñas?
Las malagueñas son un cante con copla de cuatro o cinco versos octosílabos y de rima cruzada asonante o consonante, y que generalmente se convierten en seis al repetirse el primer y tercer verso. Sus letras narran la belleza y esplendor de los barrios y monumentos destacados de la ciudad de Málaga, aunque también hay las que son de carácter trágico.
“Las penas que tú me das
son penas y no son penas;
que tienen cositas malas,
y tienen cositas buenas”
Como vemos, hay una gran cantidad de tipos de malagueñas, cada una de ellas con personalidad y sentir propios. El Teatro Flamenco Madrid es un lugar único que recoge la esencia de todas ellas, y del resto de palos flamencos que existen. Si quieres disfrutar de todos ellos, nuestro teatro te abre sus puertas para que puedas vivir una experiencia de puro flamenco. ¿Acaso no suena bien?