Las castañuelas, un auténtico símbolo flamenco

Uno de los instrumentos que, junto con la guitarra española, se asocia e identifica con el mundo del flamenco son las castañuelas. Además, están consideradas como el instrumento nacional del folklore español y su origen se atribuye a los fenicios hace más de 3.000 años. Un instrumento que, además de dotar al flamenco de una gran variedad de sonidos rítmicos, es un complemento más que completa al traje tradicional de flamenca.  

Su origen se atribuye a los fenicios hace más de 3.000 años.

Las castañuelas o ‘palillos’

Son un instrumento de percusión compuesto por dos trozos de madera, (generalmente de castaño, aunque también pueden ser de ébano o granadillo) redond0s y huecos, entrelazados entre sí a través de una cuerda. Se trata de un instrumento idiófono, es decir, suena por sí mismo y el sonido se produce al golpear un trozo de madera con el otro.

Las castañuelas constan de dos pares, uno para cada mano, pero hay que tener en cuenta que cada par es diferente: en la mano derecha se coloca el par con el tono más alto, llamada ‘hembra’. El otro par, denominado ‘macho’, se coloca en la mano izquierda y marca el ritmo. La combinación de ambos pares permite lograr una gran variedad de efectos sonoros que acompañan al baile.

Estan formadas por dos trozos de madera, redondos y huecos, entrelazados entre sí.

Partes de las castañuelas

Las partes de una castañuela son:

-       Corazón: es la cavidad interior de las castañuelas.

-       Concha: es el propio cuerpo de las castañuelas y es donde se desarrolla la percusión.

-       Orejas: constituyen la parte superior de la hoja, con dos orificios perforados por donde pasa la cuerda o cabo que une las dos hojas entre sí.

-       Puente: como su propio nombre indica, es el enlace entre las dos orejas. También recibe el nombre de bisagra, por su función.

-       Punto: es la zona donde se tocan ambas hojas, en la base de la concha. Del punto depende la calidad del sonido.

-       Labios: es la franja comprendida entre el círculo que limita el corazón y el borde de la cocha. En algunos modelos, puede llevar un pequeño relieve en forma de “escudo”, cuya función es separar las orejas de la hoja.

Origen de las castañuelas

La creación de las castañuelas se atribuye a los fenicios, quienes hace más de tres mil utilizaban la madera para elaborar este peculiar instrumento, que, por entonces, recibía el nombre de crótalos y su uso era meramente religioso, asociado a ritos y ceremonias. Gracias a sus dotes comerciales, el uso de las castañuelas se extendió más allá de sus fronteras, llegando a países del Mediterráneo. Sin embargo, fue en España donde este instrumento tuvo más repercusión y fue introduciéndose poco a poco en la cultura del flamenco.

Aunque resulte imposible desvincular las castañuelas del flamenco, la realidad es que este instrumento no siempre ha pertenecido a este género musical. Mucho antes de ser un instrumento esencial en el flamenco y formar parte del folclore de varios países, las castañuelas desempeñaron un papel importante en la música clásica.

Mucho antes de ser un instrumento flamenco, desempeñaron un papel importante en la música clásica.

Evolución de las castañuelas

Las castañuelas se han convertido en un acompañamiento clave en diversas composiciones musicales, siendo uno de los instrumentos de percusión más antiguos que han sobrevivido al paso del tiempo, llegando a ser un símbolo cultural, sobre todo, del flamenco en España. Precisamente, en España, es donde este instrumento se ha permitido evolucionar, adaptándose a las necesidades de sus intérpretes y adquiriendo la forma idónea para ejecutar los diferentes sonidos que acompañan al baile.

En Andalucía, las castañuelas tuvieron y tienen un papel fundamental, ya que se usan para acompañar sevillanas o los fandangos de Huelva. También tienen presencia en las seguiriyas, soleás o caracoles. La gran Carmen Amaya fue quien, con sus enérgicos bailes, popularizó las castañuelas en las plazas y pueblos.

Actualmente, aunque parece que este instrumento haya caído en desuso, lo cierto es que ha resurgido del olvido apareciendo en obras del Ballet Flamenco de Andalucía, donde gozan de un carácter más renovado.