La Singla, la bailaora sorda que tocó el cielo del flamenco y desapareció del mapa

Sin duda, nos cuesta asimilar la idea de que una persona sorda pueda ser una estrella del flamenco. La historia de La Singla es tan sorprendente que parece sacada de una película de ficción.  

Hemos escuchado historias de muchos artistas y personajes legendarios del flamenco. Sin embargo, el personaje de La Singla no es muy conocido a pesar de su fascinante historia. La Singla destacó por su pasión y talento en el escenario, pero la peculiaridad más sorprendente es que era sorda. Esto la convirtió en una figura única y enigmática. Además, su misteriosa desaparición añadió más intriga a su historia. 

La vida de La Singla

Nacida en el seno de una familia gitana en los años 40, La Singla demostró su amor por el flamenco desde pequeña. Por desgracia, su infancia fue solitaria, ya que el padre abandonó a su familia. Era una mujer, gitana, sorda, pobre y no comenzó a hablar hasta que cumplió los ocho o nueve años. Sobrevivió gracias al baile, terapia que aprendió mirándose al espejo. Su madre le enseñó los palos flamencos mediante el chasquido de los dedos. Cuando entendió y reconoció el arte de su hija, la llevó a bares y tabernas para sacar unas monedas. 

¿Cómo podía bailar siendo sorda? 

Es la pregunta que todos nos hacemos ante algo tan inusual y aparentemente difícil. Se dice que La Singla se acercaba a los guitarristas para así poder sentir las vibraciones de las cuerdas de la guitarra. Al principio hacía uso de espejos para verse y seguir las palmas de su madre. Además, ella iba marcando fuertemente el ritmo con sus zapatos para que los músicos pudieran seguirle. Cuando le hacían esta misma pregunta, ella respondía “Con coraje”. 

A pesar de su discapacidad auditiva, desarrolló una sensibilidad especial hacia la música y el ritmo, y comenzó a bailar con una gracia y una pasión inigualables. Su talento innato la llevó a actuar en los tablaos más prestigiosos de España, posó para Dalí y compartió cartel con Paco de Lucía, Camarón o El Lebrijano. Cautivó al público con su estilo único y su capacidad para transmitir emociones mediante el baile. La Singla se convirtió en un icono del flamenco, su historia de superación y la forma de interpretar el baile con profunda expresividad, se convirtió en inspiración para muchos. 

La misteriosa desaparición de La Singla

A medida que La Singla se ganaba un lugar destacado en el mundo del flamenco, su fama crecía y su presencia se volvía cada vez más solicitada. Sin embargo, en un giro desconcertante, la bailaora desapareció de manera misteriosa en el apogeo de su carrera. Aunque se realizaron búsquedas exhaustivas y se llevaron a cabo investigaciones, no se encontraron pistas sobre dónde podía encontrarse. Algunas personas especularon que la sordera pudo haber influido en su desaparición, otros que podría haber sido víctima de un secuestro o accidente. Sin embargo, en un documental sobre su historia presentado este año en el Festival de Málaga, la bailaora se desplaza a Santa Coloma de Gramanet, donde la bailaora dejó a un lado su tristeza. “Desde pequeñita siempre estuve triste, pero siempre tuve una sonrisa”, comenta La Singla en el último tramo del documental. Al parecer, nunca fue feliz del todo, incluso una depresión la mantuvo 6 años en cama. 

El Legado de La Singla

A pesar de su desaparición, el legado de La Singla sigue vivo en la memoria colectiva del flamenco. Su estilo único y su pasión por la danza continúan inspirando a las nuevas generaciones de bailaores y bailaoras del flamenco. Sus actuaciones fueron grabadas en video, y esas imágenes se han convertido en una invaluable referencia para aquellos que buscan comprender su arte. 

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